
Yo no puedo vivir sin mi Carmex. Y eso que, cortesía de mis labios resecos durante las 4 estaciones del año, conozco TODOS los bálsamos labiales que existen. Desde esas pétreas y baratísimas barritas de farmacia que se niegan a soltar hidratación alguna hasta sofisticados domos rosas o dúos azucarados,todos han pasado por esta boquita. Con la única excepción del bálsamo labial de La Mer, que no estoy tan desesperada como para pagar $200 por tarrito tan pequeño, y además Max Huber sólo comercializaba la crema básica, y cuando el hombre se muere la agarra Estée Lauder y lanza una línea que sólo les falta fabricar chocolate. Vamos, yo desconfío. Volviendo al Carmex, maravilla de maravillas que ha puesto fin a mi despellejamiento labial, su composición dista de ser 100% orgánica y natural, la tendencia del momento en cosmética, y sí contiene algunos ingredientes químicos y cuestionados, como petrolato. Es que en los años '30, cuando fue creado, la gente aún no se planteaba estos temas (lo cual, pensando por ejemplo en los usos domésticos del radio, tampoco parece una buena idea). Pero su indudable eficacia sin efectos secundarios me hizo plantearme algunas cuestiones. Muchas veces, nos tranquilizamos al leer que los ingredientes de un producto son naturales y tendemos a pensar que entonces no hay peligro de que nos resulten irritantes, diabólica propiedad que parece reservada sólo a los químicos o sintéticos, de los que nos han enseñado a huir. Pero no todo es tan absoluto. La usuaria inteligente investigará y descubrirá que muchos productos hijos directos de la Madre Naturaleza pueden causarle irritaciones severas y que otros puestos a su alcance por la industria química pueden aportar muchísimo a su piel. Carmex es sólo un ejemplo. Yo, que llevo mucho tiempo usándolo y aún no he mutado, soy prueba viviente de ello (juro que no me pagan). De paso, aprovecho para aclarar que el famoso spermaceti, ingrediente que ha generado el rumor de que el inocente potecito contiene semen de ballena, es justamente una cera obtenida sintéticamente para reemplazar al ingrediente original, que, como sabe cualquiera que haya leído Moby Dick, era una grasa de múltiples propiedades que se extraía de la cabeza de la ballena y se parecía mucho a... eso. No niego que tal vez fuera esperma de verdad y se hubieran inventado lo de la grasa del cráneo para suavizar la impresión de los usuarios (ejem), pero en todo caso, ya no se utiliza...
¿Y ustedes? ¿Investigan en detalle los ingredientes de las cremas/maquillajes o son gente de fe? ¿Van a por lo 100% natural, son Sintéticas o buscan un equilibrio?
¡Gracias por tantos saludos de cumpleaños!