Lo probé, me gustó... luego, lo uso.

Dermaglós es realmente mi línea preferida a la hora de protegerme del sol, una necesidad básica para mi piel totalmente transparente. Desde luego, usar protección es imprescindible para todos, pero para mi novio y para mí, por ejemplo, probablemente 2 de las personas más blancuzcas de la tierra (Dior los cría...), la falta de un buen protector solar puede determinar que el primer día de playa sea también el último, y que pasemos el resto de las vacaciones colgados de una percha. Much@s me comprenderán.
Dermaglós me gusta por razones sencillas y contundentes: me protege eficazmente, evita que me incinere o que mi piel se reseque y su relación precio calidad es imbatible.
El producto cuya foto engalana esta entrada es el nuevo spray fps 20 de la línea. Un formato que tenía muchas ganas de probar y del que pude hacerme amiga gracias a Belén Ortega, de Beauty Hunter, el hada madrina de las bloggers argentinas. Se trata, como sospecharán, de una formulación mucho más liviana que la de una leche o una emulsión, y se absorbe rápidamente. Los protectores solares, a causa de sus componentes específicos, son todos bastante densos y nunca parecen terminar de penetrar en la piel. Salvo los de acabado mate, seco o "dry touch", claro, pero creo que ésos sólo son aptos para pieles mega grasas: yo tengo la piel mixta y a los pocos días de adoptarlo tenía la cara reseca cual papiro, vade retro.
El spray fps 20 de Dermaglós es también un poquito pesado, no mentiré, pero es el protector solar más liviano que haya probado hasta ahora. En mi caso, su factor de protección me resulta escaso para la playa (señor Dermaglós, ¡hágalo en factor 30/50!)Pero ya forma parte de mi rutina corporal veraniega. Para la cara en cualquier momento adopto el pasamontañas. A ver si me arrugo...

¿Ustedes se bañan en filtro solar para salir a la calle en verano, o sólo se protegen la carita?

¡Nos vemos!